miércoles, 3 de agosto de 2011

Salvada



Me iba a la cama y se lo dije en un mensaje. Esperaba una respuesta, la distancia siempre se me había dado mal y estamos teniendo un mal comienzo (más que nada porque no siento que seamos una pareja en sí, aunque es lo habíamos hablado). La contestación llegó cuarenta minutos más tarde, mi cabeza llevaba dándo vueltas el mismo tiempo. Le llamé, quería decirle todo lo que pasaba por mi mente, necesitaba un desahogo, pero no lo descolgó -se lo estará pasando genial- pensé.
Sin embargo a 500 kilómetros yo me encontraba llorando, había tenido un día duro y largo y necesitaba a alguien para apoyarme. Como es normal en mi, cuando quiero algo y no lo tengo en la persona que espero, me acerco a otra persona que me lo pueda aportar.
Tras una conversación de besugo, le dije a un amigo de quedar a la 1 de la madrugada para tomar una caña... y accedió.
Era justo lo que necesitaba, alguien que me escuchara y me hiciera reír. Estaba salvada.

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