lunes, 1 de agosto de 2011

Extraña


Por fin en mi casa, tenía ansia de que llegara este día, volver a mi vida, ¡cómo extrañaba mi habitación! En ella se encuentra todo con lo que solía sentirme cómoda: mis brujas, mis hadas, minerales, fotos, dibujos, la colección de botellas de cerveza de exportación vacías, flores rodeando el marco de mi espejo, libros, velas... pero siento que todo esto ya no me pertenece. Es como si formara parte de una vida anterior.
Hasta hace poco, mi cuarto era mi lugar de meditación. Cuándo me hallaba en cualquier conflicto interno, me encerraba allí, encendía alguna barrita de incienso, apagaba la luz y me quedaba mirando a la nada por la ventana, oyendo algo de música de fondo, mientras intentaba ordenar mis desbaratados pensamientos. Hoy me siento en otro lugar, éste ya no es mi spa personal. Me invade un sentimiento de angustia y asfixia dentro de esas cuatro paredes.
He pasado tanto tiempo fuera, que ya mi casa no es mi hogar. Me siento extraña en el lugar que me vió crecer.

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