lunes, 9 de enero de 2012

Cuando se rompen los sueños





Un día te levantas y todo lo bueno parece haberse borrado por lo que las pequeñas partes malas se crecen y toman el protagonismo de la historia. La melancolía se adueña de tu cuerpo, ves tormenta en momentos llenos de sol y acabas amargando tu existencia y la de tu alrededor. Ese día se rompen todos los sueños, empiezas a plantearte un cambio de vida, tal vez de ciudad o quizás de profesión, un cambio de look o un cambio de coche y entonces te viene la iluminación "todo lo que quieres cambiar es externo por lo que el mal volverá a resurgir cual Ave Fénix".
Al día siguiente te levantas con unas espectativas totalmente diferentes, el problema eres tú, no los demás, así que tienes que negociar contigo misma como enfrentarte al dilema, no es una crisis de identidad, sino un pasito a dar hacia delante en el camino de la madurez. Lo que elijas debes pelearlo aunque te pongan mil barreras, porque si no acaba saliendo como esperabas, te queda el sentimiento de haber luchado duro por ello. Aunque en esos momentos de elevación optimista, no se pasa por la cabeza que tu búsqueda de la felicidad pueda salirte por la borda, lo único que puedes pensar es que lograrás lo que persigues, incluso podrías sacarle una sonrisa a la persona más triste del mundo. Cuando se rompen los sueños, crees que la derrota no te dejará levantarte pero siempre puedes crear unos sueños mejores y hacerlos realidad es la mejor victoria de todas las guerras de la vida.

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