jueves, 29 de septiembre de 2011

Los márgenes de profecías




Necesitaba ocupar mi tiempo con algo. Pasaba horas y horas en casa sin aportar algo culto a mi mente así que cogí mis libros de primero de bachillerato para recordar temas que se me habían olvidado.
Repasé un poco de francés, biología, historia... Sin embargo lo que más me sorprendió fueron los márgenes de mi libro de filosofía, en ellos escribía anotaciones de mi profesor aparentemente irrelevantes en aquel momento (2005-2006).

-En el tema de sobre Einstein aparecía: algún día dentro de poco se descubrirá que alguna partícula viaja a más velocidad que la luz.

-En la alienación del ser humano y el consumismo: el mundo no resistirá mucho tiempo así, antes del 2010 caeremos en una crisis económica mundial.

-En el poder político: por suerte en unos cinco o seis años los españoles empezaremos a despertar y nos reivindicaremos contra las injusticias y falsas promesas que maneja el gobierno.

-En el apartado de justicia: no os preocupeis que EEUU matará a Bin Laden anque estoy casi seguro de que nadie lo verá muerto.

-Y en el poder de la distracción: el deporte español se convertirá en el mejor motivo de distracción en los malos tiempos.

No sé expresar exactamente lo que sentí al leerlo, por un lado miedo y por otro ignorancia e impotencia.
Si mi profesor logró prever lo que se avecinaba, más gente habría llegado también a esas conclusiones, entonces ¿por qué no se hizo nada para evitar los problemas económicos que acontecen?

lunes, 26 de septiembre de 2011

Cuentas en la cama



Sentí su mirada clavada en mi espalda, me empezaba a incomodar esa sensación. Me di la vuelta, necesitaba ver su rostro, lo que me ayudaría a decidir si darle una oportunidad o seguir con mi noche sin darle importancia.
Ojos azules, -empezamos mal-, pelo negro, alto, fuerte pero delgado. Me volví hacia mi cerveza y me encendí uin cigarro. Mis compañeros me criticaron por pasar de un tipo por el color de sus ojos, yo no era una chica con prejuicios.

-Mirad su aspecto, es el típico narcisista que quiere añadir una muesca en el cabecero de su cama. Busca un triunfo, observad la vestimenta y la seguridad que pretende transmitir. Si atendeis un poco notareis que se rie de nada cuando una chica le mira, hace como que sabe jugar muy bien al billar y si falla la culpa la tiene alguien que le ha distrido a propósito.

-Vale, veamos si llevas razón Lucy. Ilia es la más guapa del grupo, sin ánimo de ofender, que se acerque al chico y estudiemos su comportamiento.

Ilia se levantó, se ajustó el escote y fue hacia la mesa de billar. Hubo coqueteo por ambas partes pero el chico no parecía interesado en ella, tan sólo le seguía la corriente. A los diez minutos volvíamos a estar todos juntos analizando las palabras y sugerencias que se habían intercambiado, parecía que yo estaba equivocada así que para enmendar mi error, me dirigí al tipo.

Unos veinte minutos me bastó para confirmar mi teoría, trató de seducirme con palabras sofisticadas intentando dar a entender que era muy inteligente y empezaba a conseguirlo. Entonces fui a coger mi abrigo y a la vuelta, un colega le estaba felicitando por su victoria por conseguir que la tía que le propuso había caído rendida a sus pies.

Sin que me vieran, volví a mi grupo y expuse lo ocurrido, me invitaron a unas cuantas rondas y desde entonces, no cuestionan mis teorías sobre los chicos que se me acercan.

Aquel moreno vino a mi mesa a buscarme, le puse una excusa tonta y se largó, al final de la noche le vi saliendo del local con otra chica. Supongo que consiguió marcar una nueva línea en el cabecero de la cama.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Temores

Todos tenemos miedo aunque cada uno vive con el suyo:

miedo a engordar
miedo de adelgazar demasiado
miedo al rechazo social
miedo a perder popularidad
miedo de que te hieran
miedo de que no te quieran
miedo a salir de paseo
miedo de quedarse solo
miedo de estar con mucha gente
miedo al fracaso
miedo al cambio
miedo de ser pobre
miedo de no conseguir un sueño
miedo a la tormenta
miedo al cambio climático
miedo al cambio político
miedo del mas allá
miedo a la oscuridad
miedo al después
miedo a ser engañado
miedo de un pasado
miedo de un futuro
...




¿Por qué nos dejamos influenciar por las posibilidades negativas en vez de pensar en vivir el momento, aceptar los cambios (sean cuales sean) y convivir con ellos?
¿Por qué tenemos que vivir con miedo?
¿Porque es más fácil que luchar cuándo algo va mal? de todas formas las cosas algún día deben ir mal, no todo es color de rosa.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

La burla de Disney



Toda mi vida he sido fan de las películas Disney. De pequeñita, siempre estaba enferma y mi madre se quedaba en casa conmigo y me ponía ´"La Bella y la Bestia", "La Cenicienta", "Aladín"... todas ellas llenas de romances preciosos.
Al llegar a mi adolescencia, descubrí que todo aquello en lo que se fundamentan esas películas es completamente falso, es un amor completamente imposible. Los cuentos de hadas, son sólamente eso, cuentos. Entonces... ¿por qué no nos dejan despertarnos y paran de seguir realizando ese tipo de filmes que hacen que no perdamos la esperanza de encontrar al príncipe azul?
Tras muchos años haciéndome esa pregunta sigo sin llegar a una conclusión clara. Cada ídea que se me viene a la cabeza es tan rebuscada que resultaría imposible convertirla en axioma. Pero sé que detrás de tanta mentira se oculta algo más que unas cuantas ventas.
Seguiré buscando esa verdad aunque me cueste mucho esfuerzo, pero no pienso admitir la teoría de una de mis amigas:
-"nos pasamos tanto tiempo buscando al chico ideal que acabamos frustrándonos y conformándonos con alguien que nos hace una mínima caricia y parece que nos regala el cielo. Así ellos no tienen que esforzarse demasiado para complacernos y nosotras nos vamos pronto a la cama para tener al hombre de nuestros sueños".

Pienso que ese no era el propósito de Walt Disney pero tampoco esa teoría queda demasiado lejos de la realidad.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Escoger un camino





No sabía como actuar, se estaba metiendo en una encrucijada y notaba como iba enloqueciendo poco a poco. Sofía pensaba que estaba enamorada pero no podía evitar soñar con las caricias que le regalaba su reciente amigo Álvaro. Era tan sensual, tan cariñoso y tan apasionado, que había olvidado que podía existir alguien así. Miguel, su pareja desde hacía más de 4 años no conseguía hacer que se sentiera especial y ella empezaba a distanciarse, pero no se veía capaz de dejarle. Decidió dejar pasar el tiempo, las cosas acabarían cayendo por su propio peso y ella estaría capacitada para adentrarse en una relación más profunda con Álvaro.
Una noche de septiembre, empezaba a aparecer el frío y Sofía estaba sola en casa, marcó el teléfono de su amante y sin rechistar, se presentó en su casa diecisiete minutos más tarde. Saltó la chispa de inmediato y ella lo tuvo claro, era el hombre de su vida. Le comentó su iluminación y él apoyó su idea.
Al día siguiente quedó con Miguel para hablar y entre lágrimas consiguió decirle que su relación estaba acabada. Cuando se despidieron, corrió a casa de Álvaro a decirle que era completamente suya, pero éste no le respondió como ella esperaba:
-Lo siento, te quiero pero no estoy preparado para una relación.

Sofía se dió cuenta del error que había cometido pero no podía dar marcha atrás. No formaba parte de nada ni de nadie. Se encerró en su habitación, se cortó el pelo y se centró en sí misma. Ahora sabía lo que quería y sabía que encontraría a su hombre ideal, sólo tendría que esperar.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Destino de señorita





Ana tenía sólo 15 años y ya empezaba a acostumbrarse al desfile de pretendientes que su terca e imponente madre le ofrecía cada viernes. El objetivo de aquella procesión era el de casar a su hija con un hombre adinerado que pudiera ofrecerle un buen estatus social. Juan, el cabeza de familia, consentía cualquier cosa a su mujer con tal de no oírla y hacía caso omiso a las peticiones de su hija de esperar un tiempo hasta que se viera capacitada para cumplir con esa obligación.
Sin embargo lo que realmente quería aquella pequeña era aprender a leer. Aún sabiendo que tenía que arriesgar mucho para que no la descubrieran, Ana todos los días que sus “quehaceres” se lo permitían, salía a escondidas de su casa y se colaba en la cabaña del cura cuándo daban las siete, la hora del vino en la taberna. Aquel lugar era lo que ella asumía como paraíso, aunque realmente de poco le servía. Podía intuir algunas palabras y las buscaba con entusiasmo en algún otro renglón. Su objetivo desde hacía dos meses era el de descifrar toda una página y aunque había días que lo daba por perdido, recordar a la amargada de su madre le daba fuerzas.
Ella quería saber quienes eran esos personajes que portaban las espadas más grandes que jamás había visto y por qué aparecían en los dibujos de los libros, pero su pico de curiosidad llegó cuando percibió que todo cuanto estaba escrito, hacía referencia a los hombres.
Sentía que necesitaba hacer algún acto heroico para ser recordada como una gran mujer que consiguió hacer historia. Su pensamiento volaba imaginando los vítores que recibiría por ser la primera aparición femenina de los textos gracias a sus inventos o a sus actos envidiados por los hombres.
Sin embargo el sueño de Ana se frustró una tarde que fue dada en matrimonio. Su prometido le hizo entender que se irían a vivir al campo y ella se ocuparía de atender la casa, cuidar de su marido y criar a los niños. Ante su futura vida planeada, decidió tomar una medida drástica: su cuerpo apareció un lunes a las ocho, en la cabaña del cura.