domingo, 22 de mayo de 2011

Azar


Pensé en un chico que me atraía hace unos años y marqué en el móvil los números que se me vinieron a la cabeza. Durante los segundos que duraron los tonos  hasta que me cogieron el teléfono, mi mente se inundó de un profundo deseo de que sucediera una serendipia.
La ilusión la trasmitieron mis ojos y mi sonrisa y el momento se me antojó eterno. Al oir la voz del otro lado del teléfono, noté mis esperanzas frustradas al comprobar que se trataba de una mujer.

Esta vez el azar no ha acertado con mi cara de la moneda. Quizás en otro momento.

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