jueves, 27 de septiembre de 2012

Otoño




El día se mostraba en tonos grises, comenzaba el otoño y como todos los años salí con mis amigas a celebrar el principio de curso tomando café. Es el mejor momento para las charlas animadas intercalando los temas triviales con los trascendentes mientras desde la ventana observas el paso de las nubes a cámara lenta y las primeras gotas de lluvia.
-"El otoño me deprime"- no recuerdo quién me lo dijo pero esas palabras se me pasaron como un flash por mi cabeza. -¿Cómo puede deprimir la llegada del frío, la lluvia, las hojas cayendo, la idea de ver pelis con una manta mientras te inflas de palomitas. Las boinas y las bufandas adornando la vestimenta o la manga larga abrigando el cuerpo?- Pensé abstraída de la conversación de mi mesa.
La lluvia empezó a caer con más fuerza y no pude evitar las ganas de salir a la calle y empaparme con ella. Me marché de la cafetería poniendo una excusa tonta a mis amigas y correteé por las calle de Madrid sin que me importara nada, sólo quería disfrutar de aquel arrebato.
Fatigada por la carrera, me paré a coger aire fijando la vista en una silueta que me resultaba familiar. En un instante recobré la energía y corrí hasta aquel chico alto que primero me alzó y luego me dio un fuerte abrazo.
-La lluvia nos atrae- dijo mostrando una sonrisa picarona.
-Supongo que eres tú la principal razón de que me guste tanto esta época del año. Comenzarán de nuevo los paseos por los parques llenos de hojas secas, las horas sentados frente a la televisión arropados bajo tu edredón, los momentos de despojarme de mis largas bufandas y mis sombreros bohemios en tu habitación... Ya se por qué amo esta estación, porque te amo a ti y en otoño vuelves a mi.

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